Virginia Rodríguez
Dra. en Farmacología Veterinaria

La anisakiasis se ha convertido en un problema de salud pública y un verdadero quebradero de cabeza para los pescaderos
Imagen de Walkerssk via Pixabay
Entre las especies más afectadas están por este orden: merluza, bonito chicharro grande y sardinas. La mayoría de los casos de infección en humanos ocurren en aquellos países donde se consume más pescado como Japón, Italia y España.
¿A qué se debe este aumento de los casos de anisakis?
Se cree que la causa principal son los factores ecológicos y oceánicos de las corrientes marinas como la sobreinfestación de los animales marinos por las actuales prácticas pesqueras. Estos parásitos están presentes sobre todo en las vísceras de los pescados y cuando los peces llegan a bordo de los barcos se desechan al mar y son consumidas por otros peces y/o mamíferos marinos.
El hospedador definitivo del anisakis son los grandes mamíferos como los delfines o ballenas y sus huevos fecundados van a parar al mar gracias a sus excrementos. Entonces comienza un nuevo ciclo en el que las larvas van parasitando a los distintos hospedadores de la cadena.
Pero hay más causas: el mayor consumo de pescado, las preferencias por comerlo crudo y el consumo de platos tradicionales como salazones, ahumados, vinagre, escabeche, etc.
¿Qué consecuencias tiene el consumo de pescado infectado en los humanos?
El anisakis puede provocar desde intolerancias alimentarias con síntomas digestivos que suelen pasar inadvertidos hasta alergias que en situaciones extremas provocaría un shock anafiláctico. Según los últimos datos ofrecidos por la AECOSAN entre un 1 y un 3% de la población española sufre algún tipo de intolerancia o alergia al pescado. La consecuencia de todo ello es la disminución del consumo en los hogares de pescado fresco por la presencia de este parásito.
¿Cómo se puede evitar?
Para empezar a reducir considerablemente el problema hay poner en marcha la nueva legislación europea llamada «Descartes cero» que entrará en vigor en 2019 y prohibirá tirar al mar cualquier descarte pesquero.
Además la Autoridad Europea en Seguidad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomiendan para comer el pescado con seguridad limpiarlo bien. Para congelarlo en casa nuestro frigorífico debe alcanzar una temperatura de – 20º C o inferior y mantener el producto congelado durante cinco días. Esta temperatura solo se alcanza en frigoríficos de tres estrellas (***) o más. Si nuestra nevera tiene menos de tres estrellas mejor comprar el pescado ya congelado. En caso de cocinarlo hacerlo a más de 60ºC.
¿Se está investigando para poner una solución definitiva?
Gracias a la Dra Mónica Carrera el laboratorio del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM-CSIC) ha desarrollado el método más rápido hasta la fecha para detectar anisákidos en alimentos. Se basa en la monitorización de una serie de proteínas biomarcadoras. En dos horas de puede detectar la presencia o ausencia de anisakis en cualquier alimento fresco, congelado, precocinado o procesado. Este método ha sido premiado por la Real Academia Gallega de las Ciencias. Cada vez están más cerca de lograr una vacuna contra la alergia al pescado y a los anisakis. Ya están haciendo estudios en animales.
Conclusión
Se están poniendo los medios para disminuir la incidencia de este parásito, aunque creo que ayudaría poner unas indicaciones más claras en el etiquetado del pescado. A nosotros como consumidores nos queda la responsabilidad de seguir las recomendaciones sanitarias.
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